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Para muchos, la idea de atrapar un avión está lejos de ser lujoso: desde pasar innumerables horas alineándose en la seguridad, la lucha libre descansa con otros pasajeros mientras enfrenta un vuelo de larga distancia en economía.
Pero en otro lugar en el cielo a bordo de un jet privado, los altos volantes están teniendo todas las necesidades atendidas mientras disfrutan de su propio cine, dormitorio y sala de estar.
Es un privilegio de viaje que disfruta unos pocos afortunados, de celebridades, realistas, empresarios hechos a sí mismos y oligarcas. Pero el funcionamiento suave de chorros privados depende, por lo general, de unos pocos. Entre los más atentos se encuentran las azafatas que pasan horas, a menudo solas, asegurando incansablemente que sus pasajeros reciban un servicio premium de 5 estrellas.
Mientras que la vida como una anfitriona VIP viene con la ventaja de viajar por el mundo, sus trabajos pueden ser exigentes y estresantes.
Pueden servir a sus pasajeros todas las necesidades, pero las habilidades requeridas por los asistentes de vuelo son mucho más que las de una camarera: son mixólogos de cócteles, limpiadores, asistentes personales, proveedores e incluso cuidadores de perros.
La azafata Kimberley Benton ha estado trabajando en la industria durante nueve años. Ella dice que fue su amor por viajar lo que la atrajo al mundo, lo que le ha permitido embarcarse en 14 giras mundiales. Durante su vida, ha viajado a más de 130 países y viajó en 27 tipos diferentes de aviones de negocios.
Para ella, ser una azafata VIP es más que brindar el mejor servicio posible a sus clientes, pero sobre “crear una experiencia”.
“Esperan que seas mucho más personal”, dijo el jugador de 32 años a CNN Travel. “Esperan que sepas exactamente lo que quieren, cuándo lo quieren y podría ser algo tan poco tan pronto como se suban al avión, quieren una foto de un Nespresso, el pie descansa y su Sunday Times (periódico) esperándolos”.
Ha celebrado fiestas de cumpleaños en el cielo, partidas después de las estrellas del pop con las que ha volado para sus giras de conciertos, e incluso se ha puesto banquetes completos para sus invitados. Es un trabajo que requiere que sea constantemente adaptable a cualquier situación en la que se encuentre.
“Bandas pop, realeza, millonarios, multimillonarios, herederas”, enumera Benton como personas con las que ha volado. “He (volado) a muchas personas que ves en la televisión y puedes ponerte un poco nervioso, pero cuando vuelas a estas personas, entiendes que son como todos los demás”.
En cuanto a las partes, ella dice que es necesario asegurarse de que “no se salgan de control”.
“Debes estar un poco en la pelota, no dejar que beban demasiado, pero no estropear la diversión y tener un equilibrio”, dice Benton.
“He organizado algunas fiestas en el cielo antes cuando sé que van a tener invitados a bordo y quieren todo el champán y el hielo listos para funcionar”, agrega. “Quieres asegurarte de que tengan todo lo que quieran: sus whiskies y whiskys favoritos”, agrega.
Loros exóticos, armas y cadáveres
Mary Kalymnou también ha trabajado como azafata durante 13 años, trabajando para una clientela internacional de alto rango, como familias reales, jefes de estados, CEO y celebridades.
Ella dice que ha trabajado en una variedad de aviones, incluido el G550 Gulfstream de largo alcance y el Legacy Embraer que permite hasta 14 pasajeros a bordo.
A bordo, los invitados trajeron loros exóticos, joyas, más de 20 bolsas de compras e incluso armas. Ella dice que también ha tenido cadáveres.
“Tres veces en mi carrera tuve una persona fallecida a bordo: un ataúd en la carga, hecho de oro y madera costosa”, recuerda.
“Eran tres hombres muy conocidos (que obviamente) viajaron en lujo por última vez en sus vidas”.
Ella dice que el trabajo de una azafata VIP es exigente y que “requiere muchos sacrificios”.
“Requiere mucha paciencia, flexibilidad y, seguro, altos niveles de autoestima”, explica Kalymnou. “Los clientes esperan lo mejor, los operadores exigen lo más alto, por lo que debe estar dispuesto y, por supuesto, poder ofrecer lo mejor de sí mismo”.
De lo contrario, dice ella, podría ser reemplazado fácilmente.
“Todas las chicas podrían aprender este trabajo … pero solo unas pocas eventualmente se destacarán. Ser profesional no es suficiente, debes ser único”, dice ella.
“Puede ser reemplazado fácilmente por alguien nuevo, alguien más joven, alguien más bonito, alguien más inteligente, alguien más flexible. Entonces, desde el primer día, sabía que tenía que ser como una esponja para sobrevivir en la industria”.
Kalymnou dice que para tener éxito una azafata necesita tener “habilidades de catering premium, pensamiento creativo, excelentes modales y una actitud elegante y hospitalaria”.
Su carrera finalmente la llevó a dirigir el blog de viajes de lujo y estilo de vida e Instagram, Maryhop, que ha ganado más de 23,000 seguidores e inspira a otros a seguir una carrera en aviación. También ofrece consultoría individual para ayudar a otros a mejorar su servicio al cliente.
Benton ahora trabaja como azafata independiente para Tag Aviation y otros operadores que brindan servicios de aviación privada y comercial.
Pero anteriormente, Benton trabajó a bordo del jet privado de lujo de última generación de Four Seasons. La marca de alojamiento de lujo con sede en Toronto alquiló su propio Boeing 757 para volar hasta 52 invitados en giras globales, retrasando a los pasajeros $ 119,000 para un viaje de 24 días de nueve destacados.
“Es una experiencia de avión privado porque los invitados están en este avión para su gira completa, podría ser de cuatro a cinco semanas y es su avión, no hay nadie más en el avión”, explica Benton.
Cada viaje incluye viajes aéreos, excursiones a medida, comidas, bebidas y alojamiento, dijo.
“Muchos de estos invitados son invitados repetidos y, a veces, solicitan la misma tripulación en su próximo viaje”, dijo Benton, y agregó que ocho asistentes generalmente trabajaban a bordo.
Sin embargo, a diferencia de los vuelos de Four Seasons, cuando Benton está operando aviones más pequeños y exclusivos, a menudo trabaja sola.
Antes de cada vuelo, tanto Kalymnou como Benton tienen que organizar la restauración para el vuelo, lo que a veces puede ser un desafío.
“Podría tener un propietario de muy bajo mantenimiento que no quiera mucho, tal vez solo frijoles en tostadas y algunos podrían querer un banquete completo, una cena familiar y un servicio de cinco estrellas”, dijo Benton.
Mientras que Kalymnou recibió una orden de última hora de su cliente que solicitó una sopa de aleta de tiburón en un vuelo fuera de Londres. El plato raro, que generalmente debe ordenarse con 48 horas de anticipación, llevó a Kalymnou a luchar.
“Ese fue un desafío difícil ya que esto estaba prohibido principalmente en el Reino Unido y que solo los proveedores y restaurantes certificados podrían entregar el pedido”, dijo.
“Teniendo grandes conexiones en el Reino Unido, logré obtener la solicitud a bordo solo unos minutos antes de que llegaran los pasajeros”, dice Kalymnou. Pero después de todo el estrés por el que pasó para obtenerlo a bordo, una vez que ofreció el menú a sus invitados, decidieron que querían seguir comiendo las hamburguesas que habían comprado en el camino al aeropuerto.
“Este es un ejemplo típico de nuestra vida cotidiana como azafatas VIP. Nos esforzamos por lo mejor, incluso si no es necesario”, explicó.
Asientos de inodoro Fendi y alfombras de seda
Una vez, dice Benton, trabajó a bordo de un avión que estaba decorado con alfombras de seda en todo momento y asientos de inodoro hechos por la casa de moda de lujo italiana, Fendi.
“Era una alfombra de seda 100% pura, por lo que tendrías que estar al tanto de todos los ingenieros que entran en sus grandes botas. Serías como ‘Oh, Dios, por favor quítate los zapatos … ¡no toques nada!'”, Se ríe.
También había un conductor de Fórmula Uno cuyo avión privado tenía la mayoría de las cosas hechas de fibra de carbono.
“Era realmente caro y él tenía todo eso y cuero negro”, recuerda.
Benton dice que si bien algunas aerolíneas comerciales grandes ofrecen habitaciones privadas a los clientes si desean una experiencia más lujosa, todavía no puede competir con la exclusividad de un jet privado.
“Todavía no tiene la capacidad de cambiar el horario y eso es lo que hace que el privado sea mucho más a medida y se adapta en comparación con el comercial”.
Si bien no hay un uniforme universal establecido para los asistentes de vuelo VIP, Benton dice que ha conocido a algunos que han sido obligados a usar tacones altos de plataforma que el propietario del avión les ha comprado.
“Conozco personas que tienen que usar louboutinas dentro y fuera de la cabaña”, revela Benton. Pero, por lo general, ella dice, a los propietarios como ellos para que parezcan presentables, con un cabello y maquillaje simples.
Vivir la vida en ‘Permanente en espera’
La vida como azafata es un trabajo que puede poner a Benton en “espera permanente”, donde es posible que no sepa dónde terminará en 48 horas o incluso dos semanas.
“A veces no siempre tienes la oportunidad de tener un día libre”, agrega Benton.
Ella dice que, como freelancer, las azafatas pueden ganar entre £ 150 ($ 195) a £ 450 ($ 587) al día, dependiendo de su experiencia y lo que pueda negociar con el operador.
“No hay salario establecido”, agrega. “Todos tienen su propio pequeño trato”.
Benton dice que aunque generalmente no reciben consejos, ha recibido regalos como bolsos caros de los que ha volado. Y aunque admite que es un beneficio, dice que la mejor parte de su trabajo es tener la oportunidad de conocer gente nueva y visitar nuevos lugares, como Maldivas, Japón, Isla de Pascua y Bali.
“Una de las ventajas masivas es parte del trabajo. Va a todos estos lugares diferentes y podrá decir que este es su trabajo”, dijo. “Viajas para ganarte la vida y estás haciendo lo que amas”.
